¿Sabías que el 73% de las personas sienten que la cortesía está en vías de extinción en el mundo laboral? Suena duro, ¿no? A veces parece que fuera un lenguaje antiguo… o una app que nadie actualiza, pero la verdad es otra: cuales son las normas de cortesia pueden ser tu mejor aliado cuando buscas trabajo, cuando vas por ese ascenso, o cada lunes en la oficina.
No, no es exageración. Saludar, escuchar… esos gestos “de toda la vida” siguen marcando la diferencia. Te prometo que no se trata de una regla aburrida o de memorizar manuales interminables. Esto va de abrir puertas (literal y metafóricamente) y de conectar con los demás, aunque sea desde la pantalla de tu computadora.

El arte (y ciencia) de la cortesía moderna
Hoy, saber cuales son las normas de cortesia es mucho más que decir “gracias” o “por favor” de vez en cuando. Va de transmitir respeto, dejar buena impresión y mostrar ese brillo personal… el que hace que la gente quiera trabajar contigo.
¿Por qué siguen siendo clave en el trabajo?
¿Te ha pasado que encuentras a alguien ultra técnico, brillante… pero difícil de soportar? Nada como un compañero grosero o desconsiderado para bajar el ánimo general. Ahora, piensa en esa persona amable que te sonríe o te escucha (…sí, aunque sea solo en los chats de la oficina). Sus pequeños detalles fomentan confianza y suman puntos sin que nadie se dé cuenta.
Anécdota de la vida real
Recuerdo una entrevista donde el reclutador se detenía en cada puerta para dejar pasar a la gente. Todos le miraban, y uno pensaba: “¿esto es parte del proceso?” Resultó que era el gerente general, y su mayor virtud (además de su CV) era, simplemente, la cortesía. Esos gestos hablan, aunque no lleven “skills” en LinkedIn.
Cómo la cortesía mejora la armonía y el bienestar
Distintos estudios sobre clima laboral han mostrado que el respeto cotidiano multiplica la sensación de pertenencia y bienestar. Cuando hablamos de cuales son las normas de cortesia, también hablamos de construir equipos más felices… sí, hasta en lugares donde los lunes pesan una tonelada.
Ocho reglas esenciales que nunca fallan
Para que esto no suene abstracto, aquí tienes las reglas de oro (o, mejor dicho, “las armas secretas” que nunca pasan de moda, vayas donde vayas):
1. El poder del saludo
No subestimes nunca el “buenos días” auténtico. Saludar en la oficina, en los correos, incluso en una reunión virtual, no es cortesía vacía: es reconocer al otro. Saludar aunque no conozcas a todos… transmite apertura. ¿Has probado empezar la jornada con una sonrisa y un saludo? Notarás la diferencia—haz la prueba y luego me cuentas.
Ejemplo simple
Llega a la oficina, deja el teléfono y di: “Hola, ¿cómo va todo?” Eso crea puentes. No hace falta un discurso largo; a veces, solo un gesto basta para iluminar un pasillo gris.
2. Escuchar de verdad (no solo asentir)
La escucha activa es casi un superpoder. ¿Te ha pasado que alguien responde antes de que termines tu pregunta? Frustrante, ¿verdad? Prestar atención auténticamente, incluso cuando te hablan de algo que no te interesa mucho, es una muestra de respeto y profesionalismo. Practícalo y mira cómo cambian las caras de tus colegas.
3. Sencillez en el trato
Hay quienes creen que ser sencillo es ser insípido. Para nada. La sencillez es tratar a todos como iguales: ya sea el CEO o la persona que trae el café. Nadie merece menos (o más) respeto… y si buscas crecer en tu carrera, grábate esto: la humildad nunca falla.
4. Higiene y presencia (sí también cuenta)
No hace falta perfume caro ni corbata nueva: higiene es mostrar que respetas a los demás (y a ti mismo). No es solo físico, también aplica al espacio de trabajo: mantén tu escritorio limpio, olvídate de los tuppers con olor a pescado, ventila, cuida tu entorno. Créeme, todo suma.
Comparación rápida
| Actitud | Efecto en el entorno |
|---|---|
| Escritorio limpio y ordenado | Mejor imagen, menos distracciones |
| Ropa y manos limpias | Confianza y profesionalismo |
5. Concisión: respeta el tiempo
No ocupes 20 minutos para explicar lo que cabe en cinco. Ser conciso—en mails, reuniones, llamadas—es cortesía pura. Respetas el tiempo ajeno… y todos lo agradecen.
Tips para lograrlo
- Lee tus mensajes antes de enviarlos.
- Ve directo al grano, sin rodeos. No todos tienen tiempo para ensayos épicos.
- Pregunta si necesitas ampliar o si queda clara tu idea.
6. Disposición de ayudar
¿Has notado lo rápido que se construye un equipo cuando hay disposición de ayudar? No tienes que cargar todas las cajas, solo mostrar disposición. A veces, un “¿te ayudo con eso?” hace el día más llevadero… y deja huella. Cuales son las normas de cortesia se sienten, no solo se enuncian.
7. Las palabras mágicas
Por favor, gracias, permiso… no son solo “normas de cortesia”, son puertas abiertas. Te sorprendería cuántos conflictos se evitan si usas estas palabras cada día en tus interacciones. Y no, no importa si eres estudiante en busca de prácticas o gerente: siempre funcionan.
Ejemplo cotidiano
Piensa en cuando pides un favor: “Me podrías enviar ese informe, por favor?” O al terminar una reunión virtual: “¡Gracias por tu tiempo!”… esos detalles multiplican tu reputación.
8. El arte de pedir disculpas
¿Cometiste un error? ¿Incomodaste a alguien? Reconócelo: “Perdón, no fue mi intención.” El pedir disculpas (y hacerlo de corazón) es señal de madurez y fortalece cualquier relación laboral.
¿Cómo se ven en el trabajo real?
No es teoría, ni “cosas de manual viejo”. Veamos…
- En la oficina, un saludo sincero puede romper el hielo con ese compañero nuevo.
- En remoto, cuidar las formas en emails o chats marca la diferencia (empieza con un saludo y termina con palabras de cortesía).
- Cuando alguien necesita ayuda y tú tienes cinco minutos para explicarle: le estás enseñando normas de cortesia incluso sin darte cuenta.
¿Ves? En todos los entornos, las normas de cortesia abren la puerta a mejores resultados, más armonía… y hasta oportunidades laborales inesperadas.
Buenos hábitos, grandes cambios
Ya sé, no es fácil cambiar de la noche a la mañana. Pero los hábitos se construyen… y una vez que te acostumbras, ya no puedes vivir sin ellos. ¿Ideas prácticas para empezar hoy mismo?
- Pon recordatorios: saluda al entrar a cualquier reunión (online o presencial).
- Anota en tu agenda un “por favor” y un “gracias” por cada interacción clave del día.
- Corrige con amabilidad, nunca frente a todos ni con tono agresivo (esto salva amistades y carreras).
- En mensajes escritos, revisa antes de enviar. Piensa: ¿esto suena respetuoso, claro, cortés?
Errores frecuentes y cómo evitarlos
Sí, todos metemos la pata. Hay días (o semanas) que parece que nada sale bien. Pero si prestas atención a ciertos errores, puedes salvar tu reputación profesional:
- No responder correos o mensajes importantes a tiempo.
- Interrumpir mientras otros hablan (virtual o presencialmente).
- Olvidar agradecer o reconocer el trabajo de los demás.
- Criticar en público o perder los estribos en una reunión… mejor respira y cuenta hasta diez.
¿Te ves reflejado en alguno? ¡Reflexiona y ajusta mañana mismo! Aquí tienes más ideas en normas de cortesia.
Normas de cortesia en lo digital: no lo olvides
Correo, chat, videollamada… da igual el medio: la cortesía nunca queda obsoleta. Abre y cierra con respeto, revisa el tono de tus mensajes, evita los “caps lock” furiosos y usa emojis con moderación (no todo en la vida es carita feliz… pero ayuda).

Recuerda siempre: lo que escribes crea imagen, y lo digital no olvida. Tanto para tu búsqueda de empleo como para crecer en tu puesto, saber cuales son las normas de cortesia digitales es tu escudo… ¡y tu bandera!
Cierro contigo… porque sé que vas a usarlo
Mira, sigo aprendiendo todos los días (y sí, a veces meto la pata, como todos). Pero cada vez que me esfuerzo en poner en práctica las normas de cortesia, la vida laboral se pone un poquito más fácil… incluso divertida.
No son fórmulas mágicas, pero… ¿qué pierdes con intentarlo? La próxima vez que vayas a una entrevista, una junta tensa o incluso a tu sesión de trabajo remoto, prueba dar ese saludo amistoso, respeta el tiempo y el espacio de los demás, di “por favor” y “gracias”. Fíjate si cambia algo. Spoiler: sí cambia.
¿La clave? Ser genuino. Y si dudas, pregúntate: ¿cómo quiero que me traten a mí? Ahí está la respuesta. Ve y pon en práctica tu nueva versión de ti… la versión que usa las normas de cortesia para abrir puertas y (quién sabe) encontrar el trabajo de tus sueños. ¡Cuéntame cómo te va y comparte tus historias!











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