Sorprendente pero cierto
¿Sabías que, según algunos estudios recientes, menos del 15% de las personas siente que su trabajo tiene “vida”? Suena raro, pero… ¿cuántas veces has sentido que vas como en automático, casi como una máquina, cumpliendo tareas pero sin conexión real, ni con lo que haces ni con los demás? Si alguna vez te pasó, sigue leyendo, porque hoy quiero hablarte de algo que a primera vista parece de ciencias naturales, pero que puede cambiar por completo tu forma de ver el trabajo, la búsqueda de empleo y tu propio desarrollo profesional: Que es un ser vivo.
No, no me volví loco ni cambié mi blog por una clase de biología… Vas a ver cómo entender el concepto de vivir de verdad, en el sentido más amplio, puede ayudarte a darle un giro a tu carrera, tu trabajo y tu crecimiento día a día.

¿Qué tiene que ver “vivir” con tu trabajo?
¿Trabajo o supervivencia profesional?
Muchas veces, en la rutina de la oficina o en medio del estrés por encontrar el próximo empleo, nos olvidamos de algo esencial: los seres humanos somos seres vivos… aunque a veces, en el trabajo, cueste verlo. ¿Recuerdas esa sensación de energía cuando empiezas algo nuevo, cuando tienes un proyecto propio o conectas con colegas con ideas afines? Eso es vida funcionando a tu favor.
Pero… ¿qué es un ser vivo, realmente? Según la biología, un ser vivo es un sistema complejo, organizado, capaz de cumplir funciones básicas como nutrirse, relacionarse y reproducirse. ¡Todo esto ocurre gracias a la célula, esa pequeña fábrica que nunca para de trabajar dentro de nosotros! Así como tú y yo, que queremos progresar, aprender y adaptarnos, una célula busca siempre sobrevivir… pero, sobre todo, vivir.
Cuando el trabajo se convierte en rutina… y cómo darle vida
¿Te ha pasado que empiezas un nuevo empleo lleno de ilusión, pero a los meses te sientes como una roca? (¡las rocas no son seres vivos, eh!). Cuando esto pasa, perdemos esa chispa, ese “algo” que nos hace evolucionar. Aquí es donde el concepto de que es un ser vivo encaja perfecto con el desarrollo profesional. Los seres vivos no sólo existen, evolucionan, se adaptan y buscan crecer. ¿Y tú? ¿Te lo permites en tu carrera?
Hazte esta pregunta: “¿Estoy creciendo en mi trabajo, o solo ‘sobreviviendo’?” Si sientes que la respuesta es lo segundo, hora de sacudirte el polvo como una planta que necesita agua y sol.
En momentos así, ayuda ver algunos ejemplos prácticos de seres vivos: una semilla brotando en el asfalto, una bacteria adaptándose a un nuevo entorno, o una persona reinventándose a los 40. Son recordatorios de que la vida, en cualquier forma, busca abrirse paso.
Energía, adaptación y relaciones: lo que la biología nos enseña
Nutrición profesional… más allá del café
Los seres vivos necesitan energía para funcionar. Nosotros también: física, pero sobre todo mental. En el trabajo, “nutrirse” significa aprender, actualizarse, salir de la zona cómoda. Cada vez que enfrentas un reto o investigas algo nuevo, alimentas ese lado vivo que hace crecer tu carrera.
Como cuando lees sobre funciones vitales esenciales para niños, sólo que aquí se trata de tu versión adulta… ¿cuándo fue la última vez que te nutriste profesionalmente? Quizás fue hoy, quizás fue el año pasado… Y sí, cuidar la salud física también importa. Un cuerpo agotado nunca rindió bien ni en la jungla, ni en la oficina.
Adaptarse o estancarse: la clave está en cambiar
¿Ves esas empresas que parecen renacer después de una crisis? O esos colegas que, después de una mala racha, salen con un emprendimiento nuevo. En biología, esto se llama adaptación. Un ser vivo cambia su estructura, su “forma de ser”, según lo que pasa a su alrededor.
En términos de trabajo, no es diferente. Aprender nuevas habilidades, cambiar de sector, adaptar tu CV… es evolución pura. Y la buena noticia: ningún ser vivo sobrevive sin cambios (los dinosaurios pueden confirmar esto).
No estamos solos: redes, relaciones y comunidad
Otra cosa genial de la vida es que, desde la bacteria solitaria hasta el ser humano más “fuera de serie”, ningún ser vivo se aísla del todo. En el trabajo, como en la naturaleza, las conexiones lo son todo.
La ciencia lo dice (y la experiencia también): los seres vivos interactúan, forman redes, compiten, colaboran. Construir relaciones profesionales es más que ir a “networking”. Es buscar afinidades, apoyarse en el otro y crecer juntos. La próxima vez que pienses si vale la pena enviar ese mensaje, recuerda: hasta los árboles se comunican bajo tierra… (y sí, ¡esto está comprobado!).
¿Cómo sabes si tu carrera está “viva”?
Detecta las señales… y actúa
¿Te identificas más con un cactus que sobrevive con lo mínimo, o con una selva llena de energía, vida y diversidad? Reconoce las señales. Si hace meses que no te “alimentas” de algo nuevo, no sientes conexión con tu entorno, y los lunes parecen domingos… alerta.
¿Cómo reactivar esa vida? Un pequeño paso puede ser buscar ejemplos prácticos de seres vivos en el mundo profesional: historias de personas que cambiaron de sector, aprendieron algo curioso, o salieron de un grupo tóxico para encontrar su propio espacio.
A veces, sólo toca observar lo que sucede en un organismo vivo. ¿Qué hacen las células cuando el entorno cambia? Se adaptan, se unen con otras, crean tejidos nuevos… ¿Y si aplicas esto a tu CV, a tu búsqueda de trabajo?
Tips para re-activar tu parte “viva” en el trabajo
- Hazte preguntas: ¿Qué me motiva? ¿Qué me drena la energía? Anótalo.
- Aprende algo fuera de tu área: A veces un hobby se convierte en el empujón para crecer donde menos te lo esperas.
- Conecta sin miedo: Un colega con buena vibra, un mentor inesperado, o un simple “gracias” puede cambiar el día (y el entorno).
- Piensa en el “ciclo vital” de tu carrera: Igual que una célula, reconoce cuándo algo terminó y cuándo hay que empezar de cero. No hay drama, es parte de vivir.
Por cierto, si quieres explicarle todo esto a los más peques de casa (o necesitas bajarlo a un lenguaje fácil), no te pierdas este recurso de funciones vitales esenciales para niños, ¡funciona de maravilla para entender lo básico!
Un vistazo a la diversidad: ¿y si tu carrera fuera un ecosistema?
¿Te gustaría ser parte de una “empresa selva” o “empresa desierto”?
Imagina tu lugar de trabajo… ¿Es un bosque lleno de especies, colaboraciones y nuevas ideas? ¿O se parece a un desierto donde todo es igual, seco, sin apenas movimiento? La diversidad es vida, también en el trabajo. Equipos con diferentes perspectivas y habilidades suelen tener más resiliencia, resisten crisis y—¿cómo no?— disfrutando más de cada triunfo.
Es como pasa en la naturaleza: el Que es un ser vivo en Biología nos enseña que los ecosistemas más ricos son los que mejor se adaptan, aprovechan oportunidades y sobreviven. Piénsalo: cada persona es como una especie distinta, con su rol e instinto particular.
¿Unicelular o pluricelular?: los solitarios laborales vs. equipo soñado
¿Trabajas solo, tipo célula independiente? ¿O eres parte de un “tejido”, un equipo en el que cada uno cumple su función? Ambas opciones pueden ser excelentes, según el momento y el entorno. A veces, la clave está en encontrar cuándo sumar, cuándo liderar solo, y cuándo “especializarse” (literalmente, las células hacen esto para sobrevivir mejor y… ¡ser más eficientes!).

Clasificación rápida: seres vivos y estilos de trabajo
| Estilo de Trabajo | Parecido a… | Ventaja | Riesgo |
|---|---|---|---|
| Independiente (“unicelular”) | Bacteria, protozoo | Flexibilidad, rapidez | Soledad, menos recursos |
| Equipo pequeño (“tejido”) | Grupo células especializadas | Colaboración, fortalezas combinadas | Dependencia grupo, visión limitada |
| Empresa “selva” | Ecosistema | Creatividad, innovación | Caos, conflictos mal gestionados |
¿Vivimos para trabajar… o trabajamos para sentirnos vivos?
Tómate un respiro y observa la vida a tu alrededor
Cuando el estrés asoma, cuando la frustración agobia, piensa: si hasta el ser vivo más pequeño lucha por un poquito de luz, ¿por qué no buscar tú también eso que te conecta, te da sentido?
Haz la prueba esta semana: busca ejemplos prácticos de seres vivos y piensa cómo puedes llevar esas “estrategias” a tu día a día profesional. No necesitas un cambio radical; basta una idea pequeña, una conversación distinta, un paso fuera del piloto automático.
Recuerda: el Que es un ser vivo no es solo un tema para niños ni un concepto de biología lejana. Es la pregunta que puede encender la llama de tu carrera y ayudarte a encontrar ese “algo” que hace la diferencia cuando todo parece igual.
¿Y tú… cómo vas a elegir vivir (y crecer) en tu trabajo?
Conclusión: Dale vida a tu desarrollo profesional
Después de todo este viaje entre células, especies y experiencias, te invito a mirar tu trabajo con otros ojos. Piensa en ti como un ser vivo: curioso, adaptable, lleno de potencial. No vinimos solo a sobrevivir. El mundo laboral, igual que la naturaleza, premia a quienes se atreven a cambiar, a quienes buscan relaciones auténticas, a quienes aprenden cada día algo nuevo, aunque sea pequeño.
Así que, si sientes que tu carrera perdió el pulso, recuerda: toda vida puede renovarse, desde la raíz. Atrévete a crecer, a conectar, a innovar. Pregúntate cada día: ¿estoy vivo aquí, o solo existiendo?
¿Te animas a darle vida a tu trabajo? Cuéntame tu historia, comparte tus dudas o… simplemente, empieza por observar a tu alrededor. ¡Ahí está la inspiración!











Leave a Reply