¿Sabes esa sensación de estar en una reunión, tener una idea genial… y al abrir la boca, simplemente no sale como querías? Todos nos hemos encontrado ahí: palabras atrapadas, nervios, silencios incómodos. Y seguro también recuerdas esa vez que entraste a una entrevista, te sentaste, “hola, ¿cómo estás?”… y de pronto, tu lenguaje oral decide irse de vacaciones justo el día menos oportuno.
No te preocupes, no eres la única persona a la que le pasa. Dominar los tipos de lenguaje oral es más útil de lo que crees: no solo para entrevistas, sino también para tu crecimiento profesional, tu día a día en la oficina, e incluso tus relaciones fuera del trabajo. Vamos a recorrer juntos lo que realmente importa sobre este tema, y sí, prometo contártelo como lo haría un buen amigo: sin rollos, sin tecnicismos complicados, sin perfeccionismos que solo existen en los manuales.
¿Y Si Cambias Cómo te Comunicas?
¿En serio tiene tanta importancia del lenguaje oral?
A ver… imagina una sala llena de gente. Hay alguien contando una anécdota y tooodos están atentos. Ahora, hay otro que habla pero nadie parece estar presente… ¿por qué? Muchas veces, la diferencia está en cómo usamos nuestro lenguaje oral. No es magia, es práctica y consciencia: claridad, emociones, ritmo, naturalidad. Y, por si fuera poco, saber qué tipo de lenguaje usar en cada contexto hace toda la diferencia.
Pero, ¿qué es exactamente el lenguaje oral? Es el sistema de sonidos y palabras que usamos, casi sin pensar, para transmitir ideas y emociones cara a cara, en una llamada, o incluso ahora que se han puesto de moda las notas de voz. El lenguaje oral nació mucho antes que el escrito… literal, como humanidad aprendimos a hablar mucho antes que a escribir. Por eso, nuestro instinto se siente más cómodo diciendo “¿qué tal?” que escribiendo un mail formal.
¿Se parece al lenguaje escrito?
Aquí viene lo curioso: aunque se parecen, el lenguaje oral y el escrito juegan en ligas bien distintas. Hablar es natural, a menudo espontáneo. Es un “hola, ¿quieres un café?” en el pasillo. Es modulado por gestos, expresión, tono y… bueno, todos los detalles que en un texto no existen. Es justo por eso que si quieres mirar un poco más diferencias entre lenguaje oral y escrito, verás que cada uno tiene su propósito, su tiempo y su lugar.
¿Y sabes otra cosa? El lenguaje oral te puede meter en problemas (quién no ha dicho algo en tono de broma y le salió mal en una reunión…), pero también te puede sacar de miles de apuros. ¡Depende de cómo lo uses!
Tipos De Lenguaje Oral: Mucho Más Que Hablar
¿Cuántas maneras hay realmente de hablar?
A veces pensamos que hablar es solo… hablar. Pero si lo piensas bien, ¿te expresas igual con tu amiga tomando un café que con tu jefe en la reunión del lunes? Claramente, no. Y ahí es donde empiezan los verdaderos tipos de lenguaje oral.
| Tipo | ¿Dónde lo usamos? | Ejemplo breve |
|---|---|---|
| Coloquial | Entre amigos, familia, charlas informales | “Oye, ¿me pasas la sal?” |
| Formal | Entrevistas, informes, presentaciones | “Cordiales saludos, gracias por su tiempo.” |
| Técnico-profesional | Reuniones de trabajo, equipos especializados | “Requiere retroalimentación según el último sprint.” |
| Académico | Exposiciones, debates académicos | “Como podemos observar en la teoría de X…” |
| Expresivo | Storytelling, discursos, motivacionales | “¡Vamos! Este es nuestro momento.” |
¿Ves? Cada uno tiene su espacio y su momento. Es como ropa: no usas el mismo look para una boda que para ir al gimnasio. Lo mismo pasa con el lenguaje oral.
Lenguaje Coloquial: La Magia De Lo Cotidiano
¿Gastamos demasiada energía siendo formales?
Aquí va una anécdota… Recuerdo mi primer trabajo grande. Tenía tanto miedo de sonar poco profesional, ¡que hablé como robot toda una semana! Nadie me entendía, sentía que forzaba cada palabra. La jefa me dijo en confianza: “Habla como eres. Sé claro, pero sé tú.” Desde entonces, aprendí el valor del lenguaje coloquial, con sus pausas, risas y hasta esos “eh… ¿sabes?” que hacen que la charla fluya.
El lenguaje coloquial es fundamental para conectar, crear equipo, abrir puertas y bajar tensiones. Es directo, espontáneo, a veces un poco desordenado… y está bien. La clave es saber cuándo y con quién usarlo. Porque sí, una entrevista probablemente no es el mejor lugar para decirle a tu futuro jefe: “hey, bro, ¿qué onda?”.
Ejemplo real
¿Quién no ha dicho, en plena oficina: “Ya volvieron a cambiar el password otra vez, ¿qué horror, no?” Y es justo esa frase la que puede ayudarte a romper el hielo y hacer un nuevo amigo en el trabajo.
Lenguaje Formal: Tu Mejor Aliado En El Mundo Laboral
¿Por qué a veces nos cuesta tanto?
El lenguaje formal suele ser el más temido. ¿Quién no ha sentido que se traba en las palabras cuando toca hablar con la jefa o en una llamada importante? Aquí te tiro un salvavidas: la formalidad no se trata de sonar “raro”, sino de ser claro, directo, organizado y, sobre todo, respetuoso. Es decir, cambiar el “oye, pásame eso” por “¿podrías, por favor, proporcionarme ese informe cuando tengas un momento?”. Detalle pequeño, diferencia gigante.
Ahora bien, la formalidad no está peleada con la amabilidad. De hecho, puedes ser formal y cálido al mismo tiempo. ¿Un truco? Usa frases cortas, no sobrecargues de tecnicismos, y cuida el tono. Si quieres robarle a un pro las técnicas de comunicación formal efectiva, ensaya en casa con un amigo, grábate y escucha cómo suenas (sí, cuesta escucharse al principio… pero ayuda muchísimo).
Comparación práctica
| Lenguaje coloquial | ¿Qué onda, me ayudas con esto? |
| Lenguaje formal | Buenos días, ¿sería posible que me asistas con este tema? |
La diferencia puede parecer mínima, pero el impacto… se nota, sobre todo frente a clientes, jefes o cuando te quieres ganar esa primera impresión.
Lenguaje Técnico-Profesional: El Secreto De La Tribu
¿Te cuesta entrarle a las “palabras raras” de tu sector?
Un día llegué a un trabajo nuevo y en la primera junta escuché: “Tenemos que alinear el sprint con el backlog para establecer el roadmap”. Yo, lost total. El lenguaje técnico-profesional es ese código que usamos (a veces sin darnos cuenta) en cada área: médicos, programadores, abogados, comunicadores… cada quien tiene su propio “idioma secreto”.
Piensa en esto: saber y usar bien estos términos te hace sentir parte del equipo. Pero, si te pasas de lista, corres el riesgo de sonar pedante o de dejar fuera a alguien que aún no domina ese lenguaje. La clave está en adaptar tu forma de hablar, saber cuándo usar tecnicismos y —¿por qué no?— detenerte a explicar de vez en cuando. Así fortaleces la cultura colaborativa.
Ejemplo
En una daily typical de desarrollo: “Hoy resolveremos el issue del módulo X y actualizaremos las dependencias”.
¿No entiendes? ¡Pide que te lo expliquen! Recuerda, incluso los expertos alguna vez fueron nuevos.
Lenguaje Académico: Hablar Para Convencer (Sin Dormir A Nadie)
¿Temes parecer pretencioso o aburrido?
Presentaciones… esas palabras que a veces nos aceleran el corazón. El lenguaje académico tiene su gracia: requiere estructura, argumentos sólidos, y cierto rigor. Pero atención: nadie quiere escuchar un “robot recitando teorías”. Humaniza tu discurso: echa mano de ejemplos, preguntas abiertas, y, si te atreves, pequeños toques de humor.
Aquí el truco es: estructura tu presentación (introducción-cuerpo-cierre), apoya tus argumentos con datos, y no olvides mirar al público. ¿Quieres que te tomen en serio? Practica en voz alta y pide feedback. Ojo, también vale conocer esas diferencias entre lenguaje oral y escrito… porque preparar una exposición NO es igual que escribir un ensayo.
Tip útil
En vez de “de acuerdo al paradigma comunicativo de X”, prueba: “En palabras sencillas, lo que esto significa es que…”. Hazlo simple, hazlo tuyo.
Lenguaje Expresivo: Deja Huella, No Solo Palabras
¿Alguna vez te emocionó un discurso?
¿Recuerdas una charla motivacional que te hizo pensar “¡yo también puedo!”? Eso, justo eso, es la fuerza del lenguaje expresivo. Está presente en los discursos que nos inspiran, en las historias que nos emocionan, en las frases que recordamos por años. Aquí, la entonación, el ritmo… y hasta los silencios juegan un papel enorme.
El lenguaje expresivo no es solo para grandes oradores. Es útil en cualquier contexto donde quieras convencer, inspirar o ser memorable: desde una presentación ante tu equipo, hasta la hora de pedir ese aumento.
Storytelling real
Cuando una vez hablé sobre fracaso y conté lo de aquella vez que fui rechazado en seis trabajos seguidos… la sala pasó de carcajearse a emocionarse por completo. Nunca subestimes el poder de contar tu historia.

¿Cómo Mejorar Tu Comunicación Oral?
¿Pequeños cambios? Grandes resultados.
Nadie nació sabiendo expresarse bien. Es más, la mayoría aprendemos a base de caer, tropezar y… sí, meternos la pata alguna vez. La buena noticia: todo se puede practicar.
- Respira y modula tu voz: Hablar muy rápido o bajito puede hacer que pierdas la atención de los demás. Haz pausas, respira profundo.
- Cuida tu pronunciación: Un poco de práctica frente al espejo, leyendo en voz alta… te sorprendería lo efectivo que resulta.
- No exageres los tecnicismos: Usa términos profesionales, pero no te ahogues en ellos. Si hace falta, explica con tus propias palabras.
- Pide feedback: Después de una reunión o charla, pregunta: “¿Me explico bien?” Y escucha las respuestas.
Errores comunes (y cómo salir de ellos)
- Hablar sin claridad: Haz resumen de tu idea antes de largarte a hablar.
- Evitar mirar a los ojos: El contacto visual salva discursos.
- Querer impresionar y terminar perdiendo sencillez: Siempre, siempre, ve a lo simple.
- No prestar atención a técnicas de comunicación formal efectiva: Practica, practica, practica.
Conclusión: El Poder De La Voz… Está En Tus Manos
Al final de cuentas, los tipos de lenguaje oral que uses son parte de tu identidad profesional y personal. No tienes que ser perfecto. Tampoco tienes que hablar como en los libros (yo, sinceramente, ni podría). Lo importante es que tu voz sea una herramienta, no un obstáculo.
Así que te propongo algo: la próxima vez que vayas a una entrevista, una presentación o simplemente a tomarte un café con colegas… elige conscientemente cómo quieres decir las cosas. Observa, prueba, falla y vuelve a intentar. ¿Te animas a probar otro tipo de lenguaje oral esta semana?
Y si este tema te dejó con ganas de saber más, te invito a revisar más sobre técnicas de comunicación formal efectiva y por supuesto, las diferencias entre lenguaje oral y escrito. ¡Nunca sabes cuándo una buena palabra abrirá esa puerta que necesitas!












Leave a Reply